sábado, 9 de mayo de 2020

LAS TORMAENTAS DE LA VIDA Y LA VALENTIA DE ENFRENTAR LOS OBSTACULOS DE NUESTRO DESTINO

Los que me conocéis, sabéis que creo que las cosas no ocurren por casualidad, sino son sincronicidades que ocurren en forma de señales, para que las tengamos en cuenta.

Seguramente, no por casualidad compartí con vosotros este pequeño fragmento del libro de "La vida te está esperando" de Javier Iriondo estando en clase.

Quizá estos meses que hemos compartido… como suelo deciros… no han sido más que un ensayo para lo que nos deparaba la vida.

Siempre os digo que todo lo que ocurre en nuestra sala, no es más que un entrenamiento.
Que las situaciones más difíciles… nos las trae la propia vida.

Ahora más que nunca en estos momentos en los que no puedo estar en contacto con todos vosotros, estas letras os acercan a mí, os traen a mi corazón y a mi recuerdo.

Sé que esta situación como todo en la vida también se desvanecerá, que llegarán de nuevo momentos en los que volveremos a compartir y a estás juntos.

¡No sabéis cuánto deseo que llegue ese momento!!

Con la esperanza de qué estás letras os hagan recordar algunas de las lecciones aprendidas, os acerquen a momentos y sensaciones maravillosas que hemos vivido juntos y de se conviertan en luz que aleje la oscuridad en vuestros corazones... hoy, os las dejo aquí, en este blog que se está convirtiendo en una herramienta para comunicarme con vosotros.


 Momentos en los que el universo parece conspirar poniéndonos a prueba



"A lo largo de la vida parecen imprevistas tormentas en forma de problemas, situaciones inesperadas que nos arrastran de forma desesperada, momentos en los que nuestro mundo se tambalea por completo y todo parece derrumbarse a nuestro alrededor.

A veces nos acostamos con nuestra vida más o menos en orden, y de pronto nos levantamos y nuestra existencia aparece envuelta en el caos.

Son momentos en los que el universo parece conspirar poniéndonos a prueba, no necesariamente para hacernos sufrir, tal vez para descubrir nuestras fortalezas, aunque difícilmente seamos capaces de pensar así en esos momentos.

Son momentos en los que nos invaden las dudas, en los que la confianza parece saltar por la ventana y nos abandona, en los que llegamos a perder hasta la esperanza.

Queremos creer, pero la angustia y los miedos nos atenazan.

 


Todos hemos pasado por situaciones que llegan a empujarnos al borde de nuestro particular e invisible abismo, un abismo interior que tal vez otros no pueden ver, atronadores pensamientos que nadie puede escuchar, pero que sin duda nosotros sentimos y sufrimos en silencio.

La experiencia nos enseña que cada cierto tiempo, la vida nos enfrenta a esas imprevisibles tormentas sobre las que no tenemos ningún poder.

En esas circunstancias nuestra realidad puede cambiar por completo.

Nadie tiene control sobre los acontecimientos que la vida nos depara, pero si sobre la valentía y la dignidad con la que nos enfrentamos a nuestro destino.

Inicialmente poco podemos hacer ante esas circunstancias, apenas podemos escoger cómo sentirnos, porque de forma automática provocan una serie de inevitables emociones, te pueden ser miedo, incomprensión, rabia o desesperación.


La responsabilidad de asumir y convertir cada problema en una oportunidad de superarnos y crecer. 

 

  Pero, aparte de asumir el poco recomendable papel de víctimas, podemos responsabilizarnos de nuestras reacciones.

Esa es nuestra verdadera responsabilidad y la capacidad que tenemos a nuestro alcance. La responsabilidad de asumir y convertir cada problema en una oportunidad de superarnos y crecer.

Esa respuesta es lo que distingue a la persona madura de la inmadura, la que hace que ante un mismo hecho una persona se coloque el cartel de víctima de las circunstancias y que otra se levante por encima de ellas, convirtiendo esa experiencia en una oportunidad de aprendizaje y superación, porque es ahí donde se esconden las mayores lecciones de vida.

En realidad, lo que nos hace sufrir no es tanto lo que nos sucede, sino nuestros pensamientos y las interpretaciones acerca de lo que ocurre, el significado que damos a lo que sucede.

Puede que esa sea una de las grandes lecciones que debemos aprender en la vida. Esas tormentas de la vida son las que nos llevan a lugares donde jamás hubiéramos llegado con el mar en calma.





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